Oscillococcinum: Producto homeopático que se autodenomina "medicamento", prometía "acabar el resfrío" y "proteger del resfrío y sus síntomas". Nada más que una mentira.
(Esta entrada es otra que tenía pendiente hace tiempo, lástima que ya se esté acabando el invierno).
Para empezar, ni siquiera existe algún verdadero medicamento (de esos que tienen principios activos, con efectos, a diferencia de los productos homeopáticos) que acabe con el resfrío. Lo único que podemos hacer al resfriarnos es combatir los síntomas.
Pero peor es el caso de Oscillococcinum (del laboratorio Boiron en Francia) que es a lo más un placebo. Como todo en homeopatía, se basa en un supuesto principio del siglo XVIII, de que mientras más diluida una sustancia, más fuerte es su efecto.
Esto es ridículo, y hace años sabemos ya que no es verdad.
Más aún, el nivel de dilución que pedía ese principio implica que no habría molécula de principio activo presente al finalizar el proceso. Y recordemos que en este caso del Oscillococcinum, además, no hay principio activo alguno. El supuesto principio activo diluido, es... ¡hígado y corazón de pato!
Actualización: Según el sitio vademecum.es, cada gramo de Oscillococcinum contiene 0,85 gramos de sacarosa y 0,15 gramos de lactosa.
Para tener un mejor entendimiento de la farsa de la homeopatía, les recomiendo este video conducido por el maravilloso Richard Dawkins para la televisión inglesa.
La Sociedad Escéptica de Chile ha realizado una loable batalla contra placebos homeopáticos como este, incluyendo una descriptiva carta al Ministerio de Salud, la que pueden leer junto a una mejor explicación de las falsas promesas de este producto, aquí: AECh: Oscillococcinum, otro placebo para el resfrío y la gripe
Gracias a las gestiones de la Sociedad Escéptica de Chile, el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria dictaminó que Recalcine (quien trae el placebo a Chile) debía retirar los primeros avisos de Oscillococcinum (como el que ven arriba) emitidos para el invierno del año pasado, y no volver a deplegar esa campaña. Y luego en marzo de 2014, el ISP dictaminó que la publicidad de Oscillococcinum "difiere de lo autorizado en su registro sanitario", instruyendo la suspensión de dicha publicidad.
Eso no es suficiente. La autoridad sanitaria debiera terminar con este tipo de productos. Nada que no pueda probar científicamente su efectividad debiera poder ser vendido como "medicamento", o prometiendo efecto alguno sobre la salud.
Mientras tanto, sólo usando ahora una publicidad más inteligente, sin declarar explicitamente que su producto tenga efectos, pero aún así dando a entender ese mensaje, Oscillococcinum sigue promocionándose y vendiendo millones en todo el mundo. Otro invierno en que Recalcine y Boiron ganaron a expensas de consumidores crédulos e ignorantes.
(Esta entrada es otra que tenía pendiente hace tiempo, lástima que ya se esté acabando el invierno).
Para empezar, ni siquiera existe algún verdadero medicamento (de esos que tienen principios activos, con efectos, a diferencia de los productos homeopáticos) que acabe con el resfrío. Lo único que podemos hacer al resfriarnos es combatir los síntomas.
Pero peor es el caso de Oscillococcinum (del laboratorio Boiron en Francia) que es a lo más un placebo. Como todo en homeopatía, se basa en un supuesto principio del siglo XVIII, de que mientras más diluida una sustancia, más fuerte es su efecto.
Esto es ridículo, y hace años sabemos ya que no es verdad.
Más aún, el nivel de dilución que pedía ese principio implica que no habría molécula de principio activo presente al finalizar el proceso. Y recordemos que en este caso del Oscillococcinum, además, no hay principio activo alguno. El supuesto principio activo diluido, es... ¡hígado y corazón de pato!
Actualización: Según el sitio vademecum.es, cada gramo de Oscillococcinum contiene 0,85 gramos de sacarosa y 0,15 gramos de lactosa.
Para tener un mejor entendimiento de la farsa de la homeopatía, les recomiendo este video conducido por el maravilloso Richard Dawkins para la televisión inglesa.
Gracias a las gestiones de la Sociedad Escéptica de Chile, el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria dictaminó que Recalcine (quien trae el placebo a Chile) debía retirar los primeros avisos de Oscillococcinum (como el que ven arriba) emitidos para el invierno del año pasado, y no volver a deplegar esa campaña. Y luego en marzo de 2014, el ISP dictaminó que la publicidad de Oscillococcinum "difiere de lo autorizado en su registro sanitario", instruyendo la suspensión de dicha publicidad.
Eso no es suficiente. La autoridad sanitaria debiera terminar con este tipo de productos. Nada que no pueda probar científicamente su efectividad debiera poder ser vendido como "medicamento", o prometiendo efecto alguno sobre la salud.
Mientras tanto, sólo usando ahora una publicidad más inteligente, sin declarar explicitamente que su producto tenga efectos, pero aún así dando a entender ese mensaje, Oscillococcinum sigue promocionándose y vendiendo millones en todo el mundo. Otro invierno en que Recalcine y Boiron ganaron a expensas de consumidores crédulos e ignorantes.